Es una fecha que se celebra en muchos países del mundo. Cuando las mujeres de todos los continentes, a menudo separadas por fronteras nacionales, diferencias étnicas, lingüísticas, culturales, económicas y políticas, se unen para celebrar su día, se puede contemplar una tradición de no menos de noventa años de lucha por la igualdad, la justicia, la paz y el desarrollo.
El motivo de su celebración justamente ese día se explica debido a que, el 8 de marzo de 1875, en plena revolución industrial, un grupo de trabajadoras textiles decidió salir a las calles de Nueva York para protestar por sus míseras condiciones laborales. Esta constituiría una de las primeras manifestaciones para luchar por sus derechos.
El 28 de febrero de 1909, tanto en Nueva York como en Chicago, ya habían acogido un acto que bautizaron con el nombre del " Día de la Mujer ", organizado por mujeres socialistas como Corinne Brown y Gertrude Breslau-Hunt.
Posteriormente, en 1910, cuando la 2ª Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas, celebrada en Copenhague, con la asistencia de más de 100 mujeres procedentes de 17 países, se decidió proclamar el Día Internacional de la Mujer Trabajadora. Detrás de esta iniciativa, estaban mujeres como Clara Zetkin o Rosa Luxemburgo.
Sin embargo, una de las grandes desgracias ocurridas durante la lucha fue el incendio de la fábrica de camisas Shirtwaist (el 25 de marzo de 1911), donde murieron un total de 123 mujeres y 23 hombres.
Hoy en día, la lucha sigue y avanza cada vez más. Pero, por desgracia, el camino es muy largo y la meta queda aún muy lejos. La diferencia entre mujeres y hombres es aún abismal, sin embargo, nuestra unión es fuerte y no pararemos hasta conseguir nuestro objetivo, la igualdad.
Creo que, aún estando en pleno siglo XXI, mucha gente no ha salido de la incierta e injusta opinión que se tenía de la mujer frente al poder del hombre. Un claro ejemplo de esto es la cantidad de casos por violencia de genero que ocurren cada año.
Se debe continuar por el camino que las mujeres llevan marcando desde el inicio de esta lucha, con la esperanza de hacer abrir los ojos a todo el mundo, y que la igualdad entre ambos sexos resuene en las cabezas de las personas.
Tener un día propio, en el que podamos salir a la calle, alzar los puños y manifestarnos, es un verdadero orgullo, y algo que no nos van a quitar nunca.
